Los jueces señalaron que actuó dentro de un «contexto de violencia institucional».
Este viernes, en el marco de la causa que investiga el asesinato del joven Lucas González, la Justicia sentenció a cinco años de prisión al policía Facundo Torres, de la Policía de la Ciudad por haber plantado un arma en el vehículo en el que fue en el barrio porteño de Barracas.
Facundo Torres fue declarado responsable por «encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave», al tiempo que también lo consideraron partícipe primario en el delito de «falsedad ideológica».
Los magistrados constataron que el oficial de la Comisaría Vecinal 4D estuvo involucrado «dentro de un contexto de violencia institucional».
«El papel de Torres fue determinante en la escena del crimen. Si el plantado del arma salía bien, la impunidad estaba garantizada y la condena y privación de la libertad de los chicos era segura», explicó el fiscal Sandro Abraldes.
Durante sus alegatos, el fiscal expresó que Lucas y sus amigos «fueron el blanco por ser jóvenes, los trataron de negros de mierda, los discriminaron por su piel marrón. La sociedad argentina tiene un componente racista y las fuerzas de seguridad tienen una marcada tendencia al respecto».
Así fue el crimen de Lucas González
El homicidio de Lucas González, un joven de 17 años, fue el 17 de noviembre de 2021 cuando salía junto a sus amigos de un entrenamiento en el Club Barracas Central en un auto Volkswagen Suran para regresar a sus hogares en el conurbano bonaerense cuando fueron interceptados por un Nissan Tiida en el que circulaban tres policías de la Brigada 6 de la Comuna 4, quienes, sin identificarse, iniciaron una persecución a tiros.
Minutos después, los policías dispararon y le dieron dos balazos en la cabeza a Lucas que, tras estar en coma, falleció al día siguiente en el hospital El Cruce, en Florencio Varela. Además, según la investigación, los efectivos policiales esposaron y maltrataron a los amigos de Lucas y colocaron un arma de juguete en el baúl del auto, con el objetivo de inculparlos en un acto delictivo.